Una reciente investigación internacional liderada por científicos de la Universidad de Brown (Estados Unidos) y la Universidad de Berna (Suiza) ha puesto en duda una de las interpretaciones más arraigadas en la exploración del planeta Marte: que ciertas vetas oscuras visibles en las laderas marcianas serían indicios de la presencia de agua líquida. Los hallazgos, publicados en la revista Nature Communications, sugieren que estas formaciones —conocidas como slope streaks— tienen un origen completamente seco.

Las slope streaks fueron detectadas por primera vez en 1976 por la misión Viking de la NASA. Desde entonces, su presencia ha sido asociada a procesos hídricos activos o recientes, como flujos salinos o deshielos localizados. Sin embargo, el nuevo análisis, basado en más de 86.000 imágenes de satélite procesadas mediante algoritmos de inteligencia artificial, plantea un mecanismo alternativo: el colapso repentino de capas finas de polvo seco impulsado por condiciones específicas de viento y deposición.

“Una vez tuvimos este mapa global, lo comparamos con bases de datos de temperatura, velocidad del viento, hidratación o deslizamientos”, explicó Valentin Bickel, investigador del Centro de Habitabilidad Espacial en Berna, en un comunicado oficial.

El algoritmo desarrollado por el equipo permitió identificar patrones geográficos y ambientales comunes en las regiones donde aparecen estas vetas. A diferencia de lo que se esperaba, dichas zonas no mostraban evidencia de humedad superficial, escarcha o depósitos de sales hidratadas. En cambio, compartían altos niveles de deposición de polvo y una notable influencia del viento marciano.

Implicaciones para futuras misiones

Este replanteamiento no solo modifica nuestra comprensión de los procesos geológicos marcianos, sino que también podría tener un impacto directo en los criterios de selección de futuras misiones espaciales. La NASA y otras agencias espaciales han evitado explorar ciertas áreas potencialmente húmedas por temor a una posible contaminación biológica. Sin embargo, si estos entornos son en realidad completamente secos, podrían dejar de estar restringidos para estudios in situ.

“Esa es la ventaja del big data desde la órbita. Podemos descartar hipótesis sin necesidad de enviar robots”, señaló Adomas Valantinas, coautor del estudio y geólogo planetario en la Universidad de Brown.

Además, los investigadores proponen que este mecanismo seco también podría explicar otros fenómenos superficiales, como las llamadas líneas de pendiente recurrente (RSL), que aparecen durante las estaciones cálidas del año marciano y hasta ahora se vinculaban a la actividad de sales que absorben humedad del ambiente.

El rol de la inteligencia artificial en la exploración planetaria

Este estudio subraya el creciente papel de la inteligencia artificial en la investigación planetaria, al permitir el análisis de grandes volúmenes de datos orbitales con una precisión antes inalcanzable. Más allá de Marte, la metodología aplicada podría ser utilizada en el estudio de otros cuerpos celestes con superficies polvorientas y atmósferas tenues, como la Luna o algunos satélites de Júpiter y Saturno.

Con estos resultados, se reabre el debate sobre la presencia de agua líquida en Marte y su papel en la posible habitabilidad pasada o presente del planeta rojo. Lo que es seguro, según los autores, es que aún queda mucho por descubrir, y que parte de lo que creíamos saber desde hace casi medio siglo, podría estar equivocado.

Por Editorial

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