El uso del cannabis entre personas mayores aumenta, pero también los riesgos para su salud

En los últimos años, el consumo de cannabis ha crecido significativamente entre los adultos mayores. Sin embargo, diversos estudios advierten sobre los posibles riesgos que esta práctica representa para su salud física y cognitiva.

Benjamin Han, geriatra y especialista en medicina de las adicciones de la Universidad de California en San Diego, suele compartir con sus estudiantes una historia con moraleja. Relata el caso de una paciente de 76 años que, como muchas personas de su edad, luchaba contra el insomnio.

“Tenía problemas para conciliar el sueño y solía despertarse en medio de la noche. Su hija, intentando ayudarla, le proporcionó gomitas de cannabis comestible”, explicó Han.

La paciente consumió una gomita después de cenar, pero al no sentir efectos inmediatos, tomó otra, y luego otra más. En total, ingirió cuatro gomitas en unas horas. Cada una contenía 10 miligramos de tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo del cannabis, lo que equivale a una dosis elevada, especialmente para una persona sin experiencia previa con esta sustancia.

Pronto, la paciente comenzó a experimentar síntomas de ansiedad, palpitaciones y malestar general. Acudió al servicio de urgencias temiendo un infarto. Aunque los estudios descartaron un evento cardíaco grave, la experiencia fue suficientemente alarmante.

“En pacientes mayores, cualquier alteración puede tener consecuencias serias. Imaginemos si se hubiera desorientado, caído o si el THC hubiera interactuado con su medicación. A medida que envejecemos, nuestro cerebro es más sensible a las sustancias psicoactivas”, advierte Han.

¿Qué tan seguros son los derivados del cannabis en personas mayores?

A pesar de que 39 estados de EE. UU. y Washington D.C. permiten el uso médico de la marihuana, y 24 de ellos también su consumo recreativo, la evidencia científica sobre sus beneficios terapéuticos sigue siendo limitada, especialmente en adultos mayores.

“Seguimos sin tener claridad sobre los beneficios reales del cannabis en este grupo etario”, señala Han. “Lo que sí está aumentando son los reportes sobre efectos adversos”.

Estudios recientes han demostrado un aumento en las visitas a urgencias y hospitalizaciones relacionadas con productos que contienen THC en adultos mayores. Una investigación canadiense incluso encontró una posible relación entre el uso de cannabis y el desarrollo posterior de demencia.

Muchas personas mayores recurren al cannabis para tratar problemas como dolor crónico, ansiedad o insomnio. Sin embargo, los expertos indican que la evidencia sobre su eficacia para estas condiciones es, hasta el momento, insuficiente.

Uso en aumento: ¿una falsa sensación de seguridad?

De acuerdo con un análisis publicado el 2 de junio en la revista médica JAMA, el consumo de cannabis entre adultos mayores de 65 años aumentó del 4.8% en 2021 al 7% en 2023. En 2005, menos del 1% de este grupo poblacional reportaba haber consumido cannabis en el año anterior.

Este incremento parece estar relacionado con la creciente legalización estatal y la disminución en la percepción de riesgo. Una encuesta nacional reveló que el 44% de los adultos estadounidenses creían erróneamente en 2021 que fumar marihuana a diario era más seguro que fumar cigarrillos, una creencia que no coincide con la evidencia científica actual.

Los autores del estudio, publicado en JAMA Network Open, advirtieron que estas percepciones erróneas pueden llevar a un uso inadecuado del cannabis, especialmente entre poblaciones vulnerables como los adultos mayores.

Recomendaciones para el uso responsable

El Dr. Han aconseja a quienes consideran utilizar productos de cannabis que comiencen con dosis muy bajas —entre 1 y 2.5 miligramos de THC— y consulten siempre a un profesional de la salud, especialmente si toman otros medicamentos o padecen condiciones médicas preexistentes.

“Más que prohibir, se trata de informar y prevenir. La edad avanzada implica una mayor sensibilidad y riesgos potenciales. Necesitamos más estudios, pero sobre todo, decisiones basadas en evidencia y acompañadas por especialistas”.

Por Editorial

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