Las frutas no solo aportan sabor y frescura, sino que son fundamentales para personalizar una dieta equilibrada. Un análisis de Sportlife destaca cómo cada fruta tiene un perfil nutricional distinto, lo que permite elegir las más adecuadas según objetivos de salud: desde ganar energía hasta fortalecer el sistema inmunológico o mejorar la digestión. No existe una fruta perfecta que sobresalga en todo, por eso la variedad es clave.
Por ejemplo, la chirimoya, el aguacate y el plátano se destacan por su alto contenido calórico, ideal para personas activas o deportistas, mientras que la papaya, la lima y la sandía son opciones ligeras para quienes buscan controlar su ingesta energética. En cuanto a fibra, el níspero, las pasas de Corinto y los arándanos ayudan a mejorar la digestión. Otras frutas como el mango, el kiwi y la frambuesa son ricas en vitaminas A, C y E, esenciales para la vista, el sistema inmune y la protección celular.
Además, varias frutas aportan minerales importantes: el plátano sobresale en potasio y magnesio; los higos, en calcio; y la mora, en hierro y zinc. También se destacan frutas como el durazno y el damasco por su contenido en vitamina B3, y el melón y la chirimoya por su aporte de ácido fólico. En conjunto, estas propiedades convierten a las frutas en una herramienta poderosa para adaptar la alimentación a las necesidades individuales, promoviendo una mejor salud y bienestar general.