Décadas después del fenómeno televisivo que marcó a generaciones, los detalles sobre la vida de los actores de El Chavo del 8 siguen despertando interés, especialmente tras el estreno de Sin querer queriendo, la serie biográfica de Chespirito en Max. Uno de los testimonios más emotivos proviene de la familia de Ramón Valdés, quien interpretó al inolvidable Don Ramón, uno de los personajes más queridos del programa.
En una entrevista, el hijo del actor reveló cómo su padre utilizaba el dinero que ganaba gracias al éxito del programa y las giras internacionales. Aunque el personaje vivía siempre en apuros económicos dentro de la vecindad, en la vida real, el impacto financiero fue muy distinto.
De la humildad a la estabilidad: así cambió su vida
Según relató su hijo, el salario que Ramón Valdés recibía por su trabajo con Chespirito transformó por completo las condiciones de vida de su familia. Pasaron de vivir en una casa modesta a residencias más amplias y cómodas, con muebles de calidad, alfombras y cortinas nuevas.
A pesar de ese salto económico, el hijo del actor enfatizó que la esencia familiar nunca cambió: “Mi papá disfrutó teniendo y no teniendo. Sin tener qué comer éramos felices; después había caviar y champagne, y seguíamos siendo felices”.
“Ahí están los tamales”: una anécdota familiar
Uno de los recuerdos más entrañables que compartió fue la manera en que Don Ramón se refería al dinero que traía de las giras, especialmente por Sudamérica, donde cobraba en dólares. “No sé cuánto ganaba, pero llegaba con los billetes, se los daba a mi mamá y le decía: ‘Ahí están los tamales’”, contó entre risas.
Esta expresión se volvió un símbolo familiar y refleja el humor cotidiano con el que Ramón Valdés enfrentaba la vida, tanto dentro como fuera de la pantalla.
Un personaje inolvidable
Don Ramón es, hasta hoy, uno de los personajes más emblemáticos de El Chavo del 8. Su ternura, su relación con La Chilindrina y su eterna lucha con las deudas lo convirtieron en una figura entrañable para varias generaciones. A pesar de aparentar ser un hombre despreocupado, el personaje mostraba una gran sensibilidad y una capacidad única para conectar con el público.
Ramón Valdés logró traspasar la pantalla con su carisma natural. Y, como confirman sus familiares, mantuvo siempre la humildad que lo caracterizaba, incluso en los momentos de mayor éxito.
