Lourdes Ambriz, una de las voces más destacadas de la ópera mexicana contemporánea, falleció este jueves 28 de agosto a los 64 años, luego de una batalla contra el cáncer. La noticia fue confirmada por el equipo de la Ópera de Bellas Artes y lamentada por diversas instituciones culturales como el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), el Palacio de Bellas Artes y Cultura UNAM.

Ambriz recibió en agosto de 2024 la Medalla Bellas Artes en la disciplina de Música, correspondiente al año 2023, galardón que compartió con el pianista Héctor Infanzón. Su muerte deja un vacío profundo en el ámbito lírico nacional, donde su legado artístico y humano será recordado por generaciones.


Una vida dedicada al Bel canto

La soprano debutó en 1982 en la Ópera de Bellas Artes con el papel de Olympia en Los cuentos de Hoffmann, dando inicio a una carrera de más de cuatro décadas que la llevó a los escenarios más importantes de México y el extranjero.

Se presentó en recintos emblemáticos como el Palacio de Bellas Artes y la Sala Nezahualcóyotl, y colaboró con orquestas internacionales como la Sinfónica de Dallas, la Orquesta de Cámara de Saint Paul, la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela y la Academia Alemana de Cámara. Su debut europeo ocurrió en 1990 con la Ópera de Málaga, y un año después prestó su voz para el personaje de Bella en el doblaje latino de La Bella y la Bestia de Disney.

Ambriz también fue pionera en el estreno de obras de compositores contemporáneos mexicanos como Mario Lavista, Víctor Rasgado, Roberto Morales, Manuel Henríquez Romero y Hilda Paredes, dejando una huella indeleble en la música vocal del país.


El arte como pasión, la amistad como estandarte

Compañeros del gremio y amigos personales expresaron su pesar en redes sociales y medios. La soprano María Katzarava, exdirectora de la Ópera de Bellas Artes, publicó:

“Te recordaré siempre por ser una persona maravillosa y empática […] por tu arte magnífico, no solo en el escenario, sino con cada uno de nosotros.”

La contralto Ana Caridad Acosta también manifestó su tristeza por el fallecimiento de quien consideraba una hermana del alma:

“Pisamos juntas muchos escenarios, pero el mejor fue el de la vida. Se ha ido un pedazo de mi corazón.”

Recordó, además, su época como compañeras de departamento en Viena junto a la también cantante Graciela de los Ángeles.

La soprano María Luisa Tamez rememoró su vínculo artístico y personal con Ambriz desde sus inicios en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli:

“No paraba de cantar con nosotros, era la gran pasión de su vida. Se fue un ser lleno de luz que brilló por su integridad. Era parte de mi familia.”

Por su parte, el flautista Horacio Franco, quien también fue reconocido con la Medalla Bellas Artes 2024, lamentó su partida con un emotivo mensaje:

“Tu grandísima e inolvidable voz, tu enorme talento, tu don de gentes, tu profesionalismo […]; tu partida es terrible y devastadora.”


Un legado inolvidable

Lourdes Ambriz (1961–2025) deja un legado que trasciende el escenario. Además de su trabajo como intérprete, tuvo un papel fundamental en el desarrollo institucional de la ópera en México. Fue subdirectora artística de la Ópera de Bellas Artes en 2014 y asumió la dirección artística de la compañía entre 2015 y 2017.

Recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la Medalla Mozart en 2006 —otorgada por la Embajada de Austria en México—, y la Medalla Bellas Artes en 2024, el máximo reconocimiento que otorga el INBAL en el campo de las artes.

Su voz, su entrega y su calidez humana seguirán resonando en la memoria de quienes compartieron el escenario, la vida y la pasión por la música con ella.

Por Editorial

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