Un nuevo estudio ha revelado que el objeto interestelar 3I/ATLAS presenta propiedades únicas que lo diferencian radicalmente de los cometas del Sistema Solar y del cometa interestelar 2I/Borisov. Las observaciones muestran un comportamiento polarimétrico sin precedentes, lo que ha llevado a algunos investigadores a plantear incluso un posible origen tecnológico.
Según el análisis publicado recientemente, 3I/ATLAS exhibe una polarización negativa extremadamente profunda y estrecha, con valores que no se corresponden con ninguna de las categorías conocidas de cometas. Este fenómeno sugiere que podría tratarse de un objeto de una población hasta ahora desconocida en la astronomía.
El hallazgo es especialmente llamativo porque contrasta con los dos objetos interestelares previos detectados: 1I/‘Oumuamua, que mostró aceleración no gravitatoria sin signos de gas o polvo, y 2I/Borisov, que se comportó como un cometa natural común.
Anomalías que hacen único a 3I/ATLAS
Los investigadores han identificado varias características sorprendentes:
- Trayectoria inusual: sigue una órbita retrógrada casi alineada con el plano de la eclíptica, algo extremadamente raro.
- Gran tamaño: su núcleo podría medir hasta 46 kilómetros de diámetro, según estimaciones iniciales.
- Brillo anómalo: presentó una “anticola” orientada hacia el Sol, un comportamiento nunca antes observado en cometas.
- Composición exótica: su pluma de gas está dominada por dióxido de carbono (87 %), con trazas de monóxido de carbono y agua, además de níquel sin hierro —similar a aleaciones industriales— y cianuro.
El próximo 3 de octubre de 2025, la cámara HiRISE del orbitador Mars Reconnaissance obtendrá imágenes de 3I/ATLAS con alta resolución, lo que permitirá precisar su tamaño y estructura.
Mantener la mente abierta
El profesor Avi Loeb, investigador de Harvard y líder del Proyecto Galileo, subraya que estas anomalías exigen mantener una visión abierta sobre la naturaleza del objeto. “La ciencia es emocionante porque se parece a una historia de detectives”, comenta.
A medida que se publiquen nuevos datos, 3I/ATLAS podría redefinir lo que sabemos sobre los objetos interestelares y su posible diversidad, incluyendo la posibilidad —aún remota pero intrigante— de un origen tecnológico.
