Adela Noriega sigue siendo, a casi dos décadas de su retiro, uno de los mayores enigmas de la televisión mexicana. Protagonista de telenovelas históricas y rostro icónico de Televisa, la actriz mantiene hasta hoy un halo de misterio sobre su vida personal y su paradero.
En una entrevista con Univision Famosos, la actriz Adriana Nieto —compañera de Noriega en El privilegio de amar (1998)— compartió recuerdos inéditos de cómo era trabajar con ella detrás de cámaras. “Hablaba poco y siempre estaba con su asistente. Con Helena Rojo o Andrés García tenía más trato, pero con el resto era muy reservada”, relató.
Nieto también describió algunos hábitos que la hicieron inolvidable: “A todos les decía ‘flaquita’ y saludaba con un simple ‘hola’. Terminaba de grabar y se iba directo a su camerino. Eso sí, solía llegar tarde, a veces dos horas, y todos esperábamos sin explicaciones”.
El hermetismo no solo sorprendía al equipo de producción: “Nunca supimos dónde vivía ni qué hacía. En las telenovelas uno termina platicando y se entera de todo, pero de Adela… nada”, confesó Nieto.
Una carrera meteórica y un retiro sin explicación
Adela Noriega inició su trayectoria en los años 80 como modelo y rápidamente se convirtió en protagonista de melodramas emblemáticos: Quinceañera (1987), Dulce desafío (1988), María Isabel (1997) y Amor real (2003), este último su adiós definitivo de la pantalla.
Desde entonces, las noticias sobre su vida han sido esporádicas y rodeadas de rumores, desde supuestos romances con políticos hasta teorías sobre las razones de su retiro. Ninguna versión ha sido confirmada, y su silencio solo ha reforzado la leyenda en torno a su figura.
Hoy, el nombre de Adela Noriega sigue despertando nostalgia y curiosidad entre los fans de las telenovelas, consolidándola como una de las estrellas más queridas y enigmáticas de México.
