La NASA detecta una preocupante asimetría entre los hemisferios: el norte refleja menos luz solar que el sur, una señal de desequilibrio climático.
Por primera vez desde que existen registros satelitales, la NASA ha detectado que la Tierra se está oscureciendo de forma desigual. Según un estudio publicado en la revista PNAS, el hemisferio norte refleja cada vez menos radiación solar que el sur, rompiendo una simetría que se mantenía estable desde hace décadas.
Los datos del programa CERES (Clouds and the Earth’s Radiant Energy System), que recopila información desde hace 24 años, muestran que el planeta está perdiendo parte de su capacidad para reflejar la luz solar —un fenómeno conocido como albedo—. La causa, según los científicos, está directamente relacionada con la actividad humana.
🔦 Qué es el albedo y por qué importa
El albedo mide la proporción de radiación solar que la Tierra devuelve al espacio. Superficies claras como el hielo o la nieve reflejan más luz, mientras que los océanos y la vegetación la absorben. Hasta ahora, ambos hemisferios mantenían un balance sorprendentemente simétrico.
Sin embargo, las observaciones recientes muestran que este equilibrio se está rompiendo, y que el hemisferio norte se oscurece más rápido.
🌫️ Menos contaminación, más calor
Norman G. Loeb, investigador principal del proyecto CERES en el Centro de Investigación Langley de la NASA, explica que el fenómeno tiene múltiples causas:
“Es el resultado de cambios en las concentraciones de aerosoles, la cobertura de nieve y hielo, y la cantidad de vapor de agua”, detalla Loeb.
Paradójicamente, la reducción de la contaminación atmosférica en regiones industrializadas como China, Estados Unidos y Europa ha contribuido a que el norte se oscurezca más. Las partículas contaminantes —aunque dañinas para la salud— también actuaban como espejos que reflejaban parte de la radiación solar.
A esto se suma el acelerado derretimiento del hielo ártico, que reduce drásticamente la reflectividad. El agua del mar, mucho más oscura, absorbe calor en lugar de reflejarlo, amplificando el calentamiento.
🌡️ Un desequilibrio energético global
Hasta hace pocos años, el hemisferio sur ganaba más energía solar en promedio, mientras que el norte perdía parte de la suya. La diferencia era compensada por las corrientes oceánicas y atmosféricas que redistribuyen el calor del planeta.
Pero desde 2020, esa tendencia se ha invertido. El hemisferio norte capta ahora 0.54 vatios por metro cuadrado más cada década, mientras que el sur gana apenas 0.20.
Este desequilibrio podría alterar los patrones climáticos a gran escala, advierte Loeb:
“Esto afectará la circulación general de la atmósfera y el clima regional”.
🌧️ Señales del cambio: lluvias, corrientes y desplazamientos
Los científicos ya observan consecuencias:
- Cambios en las precipitaciones globales.
- Un frenazo en la circulación de la corriente oceánica atlántica, clave para el clima europeo.
- Un desplazamiento hacia el norte de la Zona de Convergencia Intertropical, la franja del planeta donde convergen los vientos alisios.
⚖️ Un equilibrio que podría no recuperarse
Aiko Voigt, profesor de meteorología y geofísica en la Universidad de Viena, considera que el hallazgo “es excelente y preocupante”. Recuerda que la simetría del albedo siempre fue una propiedad intrigante del sistema climático:
“Estamos empezando a ver que el hemisferio norte refleja menos que el sur, por lo que la simetría parece desaparecer”.
No obstante, Voigt pide cautela: el sistema climático podría reajustarse si las nubes o los aerosoles se redistribuyen en las próximas décadas.
Desde la Universidad de Girona, el experto en radiación atmosférica Josep Calbó coincide:
“Si las tendencias son ciertas, sería una transformación profunda de una propiedad poco entendida de la Tierra. Pero aún es pronto; solo tenemos 20 años de datos y grandes incertidumbres”.
🌍 Un síntoma más del cambio climático
Aunque los científicos piden prudencia, todos coinciden en que este fenómeno podría ser una manifestación directa del cambio climático. La pérdida de hielo, la alteración de los aerosoles y los cambios en la nubosidad muestran que la Tierra está modificando su balance energético.
El planeta, literalmente, está perdiendo su brillo, y con él, parte de su equilibrio natural.
