A 620 años luz de la Tierra, un joven planeta está creciendo a un ritmo tan descomunal que ha sorprendido incluso a los astrónomos. Se trata de Cha 1107-7626, un planeta “rebelde”, sin estrella que lo guíe, que consume gas y polvo del disco que lo rodea a una velocidad récord: 6.000 millones de toneladas por segundo.

El hallazgo, realizado con el telescopio espacial James Webb y el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral, representa un fenómeno nunca antes observado en un planeta. Hasta ahora, un crecimiento tan acelerado solo se había detectado en estrellas jóvenes.

Un crecimiento fuera de control

“Intentábamos estudiar la velocidad a la que el material ingresaba en el objeto y, de repente, vimos un crecimiento descomunal del flujo de gas y polvo que impactaba sobre el planeta”, explicó Víctor Almendros-Abad, astrónomo del Observatorio Astronómico de Palermo y autor principal del estudio.
“Fue entonces cuando comprendimos que se trataba de un fenómeno muy especial. Es la primera vez que se observa algo así en un objeto de tan poca masa.”

Según las estimaciones, Cha 1107-7626 tendrá entre cinco y diez veces la masa de Júpiter, aunque aún está en plena formación. Lo más sorprendente es su condición de planeta errante, que no orbita ninguna estrella, desplazándose libremente por el espacio mientras continúa alimentándose de su entorno cósmico.

“No es una variabilidad rutinaria”

El equipo de investigación detectó que el planeta aumentó su ritmo de acreción —es decir, la cantidad de material que absorbe— diez veces en un corto periodo de tiempo, un comportamiento completamente atípico.
“Esto no es una variabilidad rutinaria”, señaló Almendros-Abad. “En esta fase de crecimiento, el flujo de masa aumentó casi un orden de magnitud. Algo así no se había visto jamás en un planeta.”

Campos magnéticos: la posible clave

Una de las hipótesis más sólidas sugiere que los campos magnéticos del planeta están canalizando el gas y el polvo hacia su superficie, en un proceso similar al que ocurre durante la formación de estrellas.
“En astronomía, cuando decimos que algo ocurre rápido, solemos hablar de un millón de años”, explicó Amelia Bayo, astrónoma del Observatorio Espacial Europeo y coautora del estudio. “Pero este objeto pasó de acumular materia lentamente a hacerlo cientos de veces más eficientemente en cuestión de días o meses. Eso, en astrofísica, es una auténtica locura.”

Un fenómeno que podría repetirse

Los astrónomos planean seguir observando a Cha 1107-7626, pues los registros sugieren que este tipo de estallidos podría repetirse.
“Tenemos observaciones de este objeto desde hace 15 y 20 años, y hemos visto indicios de comportamientos similares”, indicó Almendros-Abad.
“Queremos entender si estos episodios son recurrentes, cuánto duran y qué tan importantes son para el crecimiento final del planeta.”

Aunque todavía quedan muchas preguntas por responder, este descubrimiento ofrece una ventana inédita al proceso de formación planetaria y podría cambiar la forma en que entendemos el nacimiento de los mundos que habitan nuestra galaxia.

Por Editorial

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