Un grupo de astrónomos logró captar la imagen más clara hasta la fecha de un planeta en formación, un hallazgo que podría cambiar la forma en que entendemos el nacimiento de los mundos. El protagonista es WISPIT 2b, un gigante gaseoso cinco veces más masivo que Júpiter, que se abre paso dentro del disco de gas y polvo que rodea a su estrella.
En el centro de la imagen aparece una joven estrella del sistema WISPIT 2, ubicada a 437 años luz de la Tierra. A su alrededor se observan los discos protoplanetarios —anillos de polvo y gas donde nacen los planetas—, pero lo que más llama la atención es un punto color púrpura al costado derecho del anillo más brillante. Ese punto es WISPIT 2b, un planeta “bebé” captado en pleno proceso de formación, algo que nunca se había registrado con tanta claridad.
🌌 Un “bebé” cósmico gigante
Aunque se le llama “bebé”, este exoplaneta no es precisamente pequeño: tiene cinco veces la masa de Júpiter, pero una edad de apenas 5 millones de años, lo que lo hace unas mil veces más joven que la Tierra. Su hallazgo confirma una hipótesis de larga data: que los planetas en formación abren huecos en los discos protoplanetarios al desplazar el material que los rodea, moldeando su entorno en el proceso.
“Se habían escrito decenas de estudios teóricos sobre los huecos en estos discos, pero nadie había encontrado evidencia directa hasta hoy”, explicó Laird Close, profesor de Astronomía en la Universidad de Arizona y líder de la investigación.
El descubrimiento representa un avance crucial, ya que durante años los astrónomos debatieron si estos huecos eran causados por planetas o por otros fenómenos. “Muchos dudaban que los protoplanetas pudieran crearlos, pero ahora sabemos que sí pueden”, añadió Close.
🔬 La tecnología detrás del hallazgo
El sistema WISPIT 2 fue observado inicialmente con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral, en Chile, mediante el instrumento SPHERE, especializado en detectar exoplanetas. Tras detectar un hueco sospechoso en el disco, los investigadores recurrieron al sistema de óptica adaptativa extrema MagAO-X, instalado en el telescopio Magallanes 2, también en Chile.
“En cuanto activamos el sistema, el planeta saltó a la vista”, relató Close. “Después de combinar dos horas de imágenes, simplemente apareció”.
El MagAO-X está diseñado para capturar la luz H-alfa, una señal emitida por el hidrógeno caliente que cae sobre planetas recién formados. Gracias a esta tecnología, los astrónomos lograron fotografiar directamente al gigante gaseoso WISPIT 2b, confirmando su presencia dentro de uno de los huecos del disco.
Además, el equipo utilizó el interferómetro del Gran Telescopio Binocular, en Arizona, con el que detectaron indicios de otro posible planeta, designado CC1, aunque su existencia deberá confirmarse con futuras observaciones.
📚 Un vistazo al origen de los mundos
El estudio fue encabezado por Laird Close junto con Richelle van Capelleveen, estudiante de posgrado en el Observatorio de Leiden, en Países Bajos. Los resultados fueron publicados en la revista científica The Astrophysical Journal Letters.
“Para observar planetas en su fugaz juventud, debemos encontrar sistemas jóvenes como WISPIT 2, que son muy raros”, explicó van Capelleveen. “Si tuviera la edad de nuestro sistema solar, no veríamos nada: sería demasiado frío y oscuro”.
Con esta nueva imagen, los astrónomos no solo han captado un momento excepcional del universo, sino que también han dado un vistazo al pasado remoto, a cómo pudo haberse formado la Tierra y los demás planetas del Sistema Solar hace miles de millones de años.
