Un hallazgo reciente podría cambiar lo que sabemos sobre la historia térmica del planeta rojo. Un grupo de científicos identificó en la superficie de Marte un mineral desconocido hasta ahora, cuya composición ofrece nuevas pistas sobre los antiguos procesos volcánicos y geotérmicos del planeta.
Durante más de una década, los expertos habían detectado una anomalía espectral —un pico de luz a 2,236 micras— que no coincidía con ningún mineral conocido. Hoy, ese misterio ha sido resuelto: el responsable es el hidroxosulfato férrico (Fe³⁺SO₄OH), un compuesto que solo se forma bajo altas temperaturas, presencia de agua y ambientes oxidantes.
El descubrimiento fue publicado en la revista Nature Communications, y se logró gracias a un análisis exhaustivo de los datos recopilados por el espectrómetro CRISM, a bordo de la nave en órbita marciana.
🧪 Un hallazgo que comenzó con un número
El misterioso pico de 2,236 micras fue detectado en dos regiones específicas: Aram Chaos y el altiplano de Juventae, ambos dentro del sistema de Valles Marineris, uno de los cañones más grandes del sistema solar.
Allí, el espectrómetro reveló señales que coincidían con sulfatos monohidratados como la kieserita (MgSO₄·H₂O) y la szomolnokita (FeSO₄·H₂O), además de una firma espectral única asociada al nuevo mineral.
En laboratorio, los investigadores replicaron las condiciones del Marte primitivo y calentaron sulfatos ferrosos hidratados entre 100 y 300 °C en presencia de oxígeno. El resultado fue contundente: el hidroxosulfato férrico se formó y reflejó exactamente el mismo patrón espectral observado desde el espacio.
🔥 Tres claves del hallazgo: calor, agua y oxidación
El estudio demostró que la formación del Fe³⁺SO₄OH requiere tres ingredientes esenciales:
- Calor intenso (200–300 °C) para transformar los sulfatos ferrosos.
- Agua que acelera las reacciones químicas.
- Oxígeno, necesario para oxidar el hierro y permitir la aparición del nuevo compuesto.
Estas condiciones hacen del mineral un “termómetro natural” de antiguos episodios volcánicos y geotérmicos. Su presencia indica que Marte experimentó periodos de actividad interna más compleja de lo que se creía.
🌋 Dos regiones, dos historias térmicas
En Aram Chaos, el mineral se encontró cerca del lecho rocoso, bajo capas de sulfatos, lo que apunta a una fuente de calor desde el subsuelo, probablemente de origen geotérmico.
Por el contrario, en Juventae, aparece en la superficie o intercalado entre capas de lava, lo que sugiere un calentamiento externo, causado por flujos de lava o ceniza volcánica.
Estas diferencias permiten reconstruir la evolución térmica y química de ambas regiones, revelando que Marte no fue un planeta estático, sino uno con pulsos de energía y agua líquida que modificaron su superficie a lo largo de miles de millones de años.
🔭 Un Marte más dinámico de lo que se pensaba
Según los autores del estudio, la detección del hidroxosulfato férrico demuestra que Marte vivió episodios localizados de calor, agua y oxidación, condiciones que pudieron favorecer procesos químicos complejos, aunque no necesariamente vida.
“El clima marciano tuvo pulsos”, concluye el informe, refiriéndose a etapas alternadas de enfriamiento y actividad volcánica que moldearon el planeta.
Con este hallazgo, los científicos confirman que los minerales marcianos guardan una memoria geológica de su pasado, actuando como cronistas silenciosos de un mundo que alguna vez fue mucho más activo y diverso.
