Elon Musk se prepara para una nueva hazaña tecnológica. El magnate de origen sudafricano anunció el lanzamiento de enormes satélites —verdaderos “gigantes de acero”— que marcarán el futuro de la conectividad global.

Aunque no se trata de cohetes, estos colosos espaciales, que comenzarán a lanzarse el próximo año, representan un paso monumental en la historia de las telecomunicaciones. Su tamaño y peso superan por mucho a los modelos anteriores, pero su despliegue promete una velocidad de Internet sin precedentes y cobertura en cada rincón del planeta.

Los nuevos satélites Starlink V3 de SpaceX tendrán un peso de hasta 2 mil kilogramos, casi cuatro veces más que los modelos V2 Mini de 575 kilos. A cambio, ofrecerán una capacidad de conexión hasta diez veces más rápida, con descargas que podrían alcanzar los 1,000 Gbps y subidas de 200 Gbps.

Cada lanzamiento de la nave Starship pondrá en órbita alrededor de 60 de estos gigantes, multiplicando por veinte la capacidad de los cohetes Falcon 9 utilizados hasta ahora. Esto permitirá que la red Starlink brinde Internet gigabit estable, sin saturaciones ni sobrecargos por exceso de usuarios, un problema frecuente en zonas rurales y regiones con alta demanda.

Con esta nueva generación de satélites, SpaceX busca ofrecer una red global más rápida, eficiente y accesible, capaz de competir con la fibra óptica y de conectar incluso los puntos más aislados del planeta.

Musk, acostumbrado a romper paradigmas, parece listo para hacerlo otra vez: sus nuevos gigantes de acero serán el puente entre la Tierra y el futuro digital.

Por Editorial

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