El lunes, Blue Origin —la empresa de turismo espacial de Jeff Bezos— lanzó su primera misión con una tripulación compuesta exclusivamente por mujeres. Entre las pasajeras estuvieron Katy Perry, Lauren Sánchez y la periodista Gayle King. El viaje duró apenas 11 minutos y cruzó brevemente la línea de Kármán, considerada el inicio del espacio exterior.
Aunque se presentó como un hito histórico, el vuelo generó fuertes críticas. Varios usuarios y celebridades cuestionaron el elevado costo de estos viajes —cuyo boleto puede costar hasta 28 millones de dólares— y su impacto ambiental. Un solo pasajero en un vuelo suborbital puede generar hasta 75 toneladas de emisiones de carbono.
También hubo controversia por el uso del feminismo como herramienta de marketing. Mientras Blue Origin celebró el viaje como una victoria simbólica, críticos lo calificaron como “feminismo de mercado”, señalando que la verdadera inclusión pasa por aumentar el acceso de mujeres a carreras científicas y cargos en la industria aeroespacial, no solo por ponerlas en un cohete para una campaña mediática.
El debate está abierto: ¿avance simbólico o espectáculo elitista?