Un reciente descubrimiento científico ha puesto al jacinto de agua (Eichhornia crassipes) en el centro del debate energético global. Esta planta acuática, común en zonas tropicales y conocida por su rápida expansión en cuerpos de agua, podría convertirse en una alternativa viable y sostenible para la producción de hidrógeno como combustible limpio, posicionándose como un “panel solar natural”.
Una planta que no libera oxígeno, pero sí energía
A diferencia de las plantas tradicionales que realizan fotosíntesis oxigénica —es decir, que transforman dióxido de carbono en glucosa liberando oxígeno—, ciertas especies pueden participar en una variante menos conocida: la fotosíntesis anoxigénica. En este proceso, bacterias especializadas como las del género Clostridium, en ausencia de oxígeno y agua, utilizan la energía solar para degradar compuestos orgánicos, generando hidrógeno y azufre en lugar de oxígeno.
Este tipo de hidrógeno es altamente valorado debido a su elevada densidad energética y bajo impacto ambiental. Sin embargo, su producción industrial actual depende en gran parte de hidrocarburos fósiles, lo cual contradice sus beneficios ecológicos por el alto nivel de contaminación que implica.
Cultivar energía limpia: el papel del jacinto de agua
En lugar de recurrir a procesos industriales costosos y contaminantes, un grupo de investigadores propone una solución sorprendente: utilizar al jacinto de agua como materia prima para generar hidrógeno de forma natural. Esta planta, de crecimiento rápido y fácil propagación en medios acuáticos, se convierte en alimento para bacterias que digieren sus azúcares mediante un proceso de digestión anaeróbica, liberando así hidrógeno.
El procedimiento se realiza en cámaras herméticas para evitar reacciones peligrosas con el oxígeno atmosférico. Las etapas clave del proceso son:
- Digestión de los azúcares por bacterias Clostridium en condiciones sin oxígeno.
- Liberación de hidrógeno como subproducto.
- Captura y almacenamiento del gas para su uso como combustible limpio y renovable.
Más allá del combustible: un impacto positivo en el medio ambiente
Además de producir hidrógeno, el jacinto de agua ayuda a purificar cuerpos de agua contaminados, actuando como un filtro natural. También genera compuestos útiles como el ácido láctico, empleado en la fabricación de plásticos biodegradables, así como otros subproductos con aplicaciones en las industrias farmacéutica, química y alimentaria.
Las pruebas realizadas han mostrado una eficiencia del 66% en la conversión de azúcares en hidrógeno, superando incluso a algunos métodos industriales. Asimismo, el costo estimado de producción ronda los 2,50 dólares por kilogramo de hidrógeno, lo que lo convierte en una alternativa altamente competitiva.
Un futuro prometedor
Aunque el sistema se encuentra aún en etapa experimental, el uso del jacinto de agua como fuente de hidrógeno representa una solución potencial a la crisis energética global. Su bajo costo, alta eficiencia y contribución ambiental podrían convertirlo en un pilar de la transición hacia energías limpias.
Así, lo que alguna vez fue considerada una planta invasora, hoy podría ser vista como una aliada natural para enfrentar uno de los mayores retos del siglo XXI: la búsqueda de energía sustentable.