Un equipo internacional de astrónomos ha sido testigo de una espectacular colisión galáctica, en la que una galaxia atraviesa a otra a una velocidad impresionante, impulsada por la energía de un cuásar. La observación fue realizada con el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) y el radiotelescopio ALMA, ubicado en el desierto de Atacama, Chile.
El fenómeno, descrito como una “justa cósmica”, ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature y ofrece una mirada sin precedentes a los violentos procesos que moldean la evolución de las galaxias en el universo temprano.
“Este sistema se asemeja a un combate medieval, en el que dos galaxias se enfrentan repetidamente a altísimas velocidades, alcanzando hasta 500 kilómetros por segundo”, explicó Pasquier Noterdaeme, coautor del estudio e investigador del Instituto de Astrofísica de París y del Laboratorio Franco-Chileno de Astronomía.
Sin embargo, esta no es una lucha equitativa. Una de las galaxias cuenta con una ventaja devastadora: alberga un cuásar, una fuente extremadamente energética impulsada por un agujero negro supermasivo en su núcleo. Este cuásar emite una intensa radiación que atraviesa a su galaxia compañera como una lanza, desestabilizando su estructura interna.
Según detalla el ESO, la radiación del cuásar fragmenta las nubes de gas y polvo de la galaxia afectada, impidiendo que estas regiones puedan formar nuevas estrellas. “Las regiones que sobreviven son demasiado pequeñas y densas como para sostener una actividad estelar significativa”, explican los investigadores.
Además del daño directo a la galaxia afectada, los astrónomos destacan que estas fusiones desempeñan un papel crucial en la evolución galáctica. Serguéi Balashev, codirector del estudio e investigador del Instituto Ioffe en San Petersburgo, señala que “se cree que estos encuentros canalizan grandes cantidades de gas hacia los agujeros negros supermasivos situados en los centros de las galaxias, alimentando su crecimiento y actividad”.
Este descubrimiento no solo proporciona una visión detallada de la dinámica de las colisiones galácticas, sino que también abre nuevas vías para entender cómo interactúan los cuásares con su entorno y cómo estas interacciones afectan el ciclo de vida de las galaxias.