Un equipo de astrónomos, utilizando el telescopio espacial James Webb (JWST), ha identificado la galaxia primitiva más lejana conocida hasta ahora, denominada ‘MoM z14’. Según sus cálculos, esta galaxia se formó apenas 280 millones de años después del Big Bang, superando por 10 millones de años el récord anterior, que databa de 290 millones de años tras el origen del universo.

Para poner esto en perspectiva, el universo tiene una edad estimada de 13,800 millones de años, mientras que la Tierra apenas alcanza los 4,543 millones de años. “Los tiburones han existido en la Tierra mucho más tiempo que esta galaxia”, señaló Pieter van Dokkum, uno de los autores del estudio, en declaraciones a Space.com.

Este hallazgo, aún pendiente de publicación formal, representa un avance importante en la capacidad del JWST para explorar las etapas más tempranas del universo. La luz que llega a nosotros de MoM z14 viajó durante 13,500 millones de años, lo que implica que observarla es como mirar hacia el pasado profundo, casi al nacimiento del cosmos.

El telescopio James Webb logra esto gracias a sus avanzados sensores infrarrojos, que captan la luz estirada por la expansión del universo —un fenómeno conocido como corrimiento al rojo (redshift)—. Cuanto mayor es este corrimiento, más antiguo y lejano es el objeto observado. En este caso, MoM z14 tiene un redshift de z=14.44, superando ligeramente al récord anterior de z=14.32.

Además, los datos revelan que MoM z14 es una galaxia aproximadamente 50 veces más pequeña que nuestra Vía Láctea. Lo más notable es la detección de elementos como nitrógeno y carbono en su composición, lo que indica que no pertenece a la primera generación de galaxias formadas, que habrían estado compuestas solo por hidrógeno y helio.

Según Van Dokkum, esto sugiere que MoM z14 forma parte de una “primera ola” de galaxias normales, con elementos más complejos, lo que abre nuevas preguntas sobre la formación temprana del universo.

Aunque aún no se ha detectado la primera generación de galaxias, este descubrimiento confirma el potencial del James Webb para seguir ampliando los límites de nuestra comprensión del cosmos y acercarnos cada vez más al Big Bang.

Por Editorial

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