Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un fenómeno climático nunca antes visto en el sistema solar, y lo ha hecho en uno de sus mundos más enigmáticos: Plutón. Gracias a las observaciones del Telescopio Espacial James Webb (JWST), los científicos han confirmado que la tenue neblina que rodea al planeta enano no solo es un espectáculo visual, sino también un componente clave en la regulación de su clima.
El hallazgo, publicado el 2 de junio en la revista Nature Astronomy, fue liderado por Tanguy Bertrand, astrónomo del Observatorio de París. Según explica el propio Bertrand, se trata de “un nuevo tipo de clima”, diferente a cualquier otro conocido en los planetas o lunas de nuestro sistema solar.
Una atmósfera compleja y activa
El misterio comenzó en 2015, cuando la sonda New Horizons de la NASA sobrevoló Plutón y sorprendió al mundo con imágenes de una superficie dinámica: llanuras de hielo, montañas escarpadas y una atmósfera azulada y estratificada que se elevaba hasta 300 kilómetros sobre el suelo. Esta neblina está compuesta por partículas orgánicas complejas, producto de reacciones químicas entre el metano y el nitrógeno, activadas por la luz solar.
En 2017, un equipo liderado por Xi Zhang, de la Universidad de California en Santa Cruz, propuso una teoría revolucionaria: las partículas de neblina podrían estar enfriando la atmósfera de Plutón más eficazmente que los propios gases presentes en ella. Durante el día, estas partículas absorben luz solar; por la noche, irradian calor en forma de energía infrarroja, ayudando a mantener estable la temperatura.
Una hipótesis confirmada por el James Webb
Durante años, demostrar esta teoría fue un desafío debido a la interferencia de Caronte, la luna más grande de Plutón, cuyas señales térmicas se mezclaban con las del planeta. Sin embargo, en 2022, los instrumentos infrarrojos del JWST lograron separar ambas señales por primera vez, y los resultados fueron sorprendentes: el resplandor térmico de la neblina coincidía exactamente con lo que predecían los modelos teóricos.
“En ciencia planetaria no es común que una hipótesis se confirme tan rápido, en apenas unos pocos años”, comentó Zhang tras conocer los resultados.
Un hallazgo con ecos más allá de Plutón
El descubrimiento abre nuevas posibilidades para estudiar fenómenos similares en otros mundos del sistema solar, como Tritón (luna de Neptuno) o Titán (luna de Saturno), ambos envueltos en densas neblinas atmosféricas. Además, los investigadores sugieren que la Tierra primitiva podría haber tenido una atmósfera comparable antes de la aparición del oxígeno, lo que habría contribuido a estabilizar su clima y crear las condiciones adecuadas para el surgimiento de la vida.
“Estudiar la neblina y la química de Plutón nos permite mirar hacia atrás, hacia la historia de nuestro propio planeta, y entender mejor cómo se vuelve habitable un mundo”, concluye Zhang.
