El actor británico Terence Stamp, célebre por sus intensas interpretaciones en el cine de autor y por encarnar al temido General Zod en las películas clásicas de Superman, murió a los 87 años, informó su familia este domingo a través de un comunicado citado por medios internacionales.
“Nos deja un legado extraordinario como actor y escritor, una obra que continuará tocando corazones e inspirando a nuevas generaciones durante muchos años”, expresaron sus allegados.
Stamp se consolidó como uno de los rostros más magnéticos del cine de los años 60, destacando por su versatilidad y presencia en pantalla. Su carrera abarcó desde filmes de culto hasta grandes producciones de Hollywood. Fue dirigido por algunos de los nombres más influyentes del cine, incluyendo a Pier Paolo Pasolini en Teorema y a George Lucas en La guerra de las galaxias.
Nacido el 22 de julio de 1938 en Londres, en el seno de una familia obrera, Stamp protagonizó alrededor de 50 películas a lo largo de una carrera que cruzó géneros y estilos cinematográficos. Obtuvo reconocimiento temprano con su papel en Billy Budd (1962), por el que fue nominado al Óscar como Mejor Actor de Reparto y galardonado con el Globo de Oro al Mejor Actor Revelación.
En 1965 recibió el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes por su inquietante interpretación en El coleccionista, dirigida por William Wyler, una oscura historia de obsesión y encierro que reafirmó su talento para los personajes complejos y perturbadores.
Stamp alcanzó fama global en los años 70 y 80 al interpretar al General Zod, el formidable enemigo de Superman, en las películas Superman (1978) y Superman II (1980). Décadas más tarde volvió a sorprender al público con su papel como Bernadette, una mujer transgénero en la aclamada Priscilla, reina del desierto (1994), demostrando nuevamente su compromiso con personajes desafiantes y profundos.
A lo largo de su trayectoria, supo alternar entre el cine independiente y las superproducciones, participando en títulos como The Hit de Stephen Frears, así como en la saga Star Wars. Su legado es el de un actor que supo reinventarse sin perder su esencia.
