El investigador Melvin Vopson plantea una “Segunda Ley de la Infodinámica” que reinterpreta principios básicos de la física

Hace 25 años, la película The Matrix capturó la imaginación colectiva con una pregunta inquietante: ¿y si nuestra realidad fuera una simulación? Lo que parecía ciencia ficción ha evolucionado en un debate serio dentro de la ciencia y la filosofía. Hoy, el físico británico Melvin Vopson, de la Universidad de Portsmouth, afirma tener pruebas que respaldan la idea de que vivimos en una simulación digital.

La hipótesis: ¿una realidad comprimida?

Vopson parte de una premisa simple pero provocadora: si el universo fuera una simulación, necesitaría mecanismos de compresión y optimización de datos, como los utilizados en entornos virtuales o videojuegos, para ahorrar recursos computacionales.

Según su investigación, ciertos patrones observados en el comportamiento de sistemas digitales y biológicos reflejan precisamente ese tipo de compresión. Esto lo llevó a proponer que las leyes que rigen nuestro universo no solo son físicas, sino también informacionales.

La “Segunda Ley de la Infodinámica”

Inspirado en la Segunda Ley de la Termodinámica —que establece que la entropía (o desorden) en un sistema cerrado siempre tiende a aumentar—, Vopson propone una nueva versión adaptada al comportamiento de la información.

En sus estudios, detectó que la entropía informacional puede permanecer estable o incluso reducirse, un fenómeno que contradice la física tradicional. A partir de este hallazgo, formuló la llamada Segunda Ley de la Infodinámica, según la cual la información juega un papel crucial en el equilibrio del universo.

De acuerdo con esta hipótesis, la información podría actuar como una fuerza organizadora que equilibra el aumento de entropía física, permitiendo la estabilidad del sistema, es decir, del universo mismo.

Implicaciones para la biología y la evolución

El físico extiende su teoría más allá de la física teórica, aplicándola también al ámbito biológico y genético. Plantea que las mutaciones genéticas no serían completamente aleatorias, como sugirió Charles Darwin, sino que podrían estar guiadas por un principio informacional que busca minimizar el desorden.

Vopson incluso aplicó su modelo al análisis del virus SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19, y asegura haber encontrado una correlación directa entre la información genética del virus y el patrón de sus mutaciones.

Escepticismo y debate abierto

A pesar del interés generado por sus propuestas, la comunidad científica se mantiene cauta. El portal especializado IFLScience señala que, aunque el enfoque de Vopson es innovador y podría abrir nuevas líneas de investigación, aún no existen pruebas concluyentes que validen la hipótesis de que vivimos en una simulación.

“Hay tantos estudios que apoyan esta posibilidad como los que la descartan”, subraya el medio.

Aun así, el trabajo de Vopson añade un nuevo capítulo al eterno cuestionamiento sobre la naturaleza de la realidad. Desde la alegoría de la caverna de Platón hasta los mundos digitales contemporáneos, la gran pregunta permanece vigente:
¿Es el universo que percibimos real… o tan solo una compleja ilusión programada?

Por Editorial

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