No solo los humanos se vieron afectados por la pandemia de COVID-19. Un nuevo estudio sugiere que también los perros —compañeros inseparables en millones de hogares— experimentaron cambios en su comportamiento durante esos años de encierro, incertidumbre y estrés.
Un estudio sin precedentes
La investigación analizó las respuestas de casi 50,000 dueños de perros entre 2020 y 2023 como parte del Dog Aging Project, una encuesta de largo plazo sobre salud, conducta y bienestar canino.
Aunque el proyecto arrancó justo al inicio de la pandemia —lo que dificultó establecer un “antes” claro—, esta circunstancia permitió observar cómo reaccionaron los perros a la agitación provocada por el COVID.
“Los perros son centinelas de los humanos”, explica Courtney Sexton, investigadora de Virginia Tech y coautora del estudio. “Comparten nuestros espacios sociales y físicos. Lo que ocurre con ellos está estrechamente vinculado con las personas con las que viven”.
Cuatro áreas clave de cambio
Los investigadores evaluaron reportes de los dueños en cuatro categorías: miedo, agresividad, facilidad de adiestramiento y búsqueda de atención. Cada una siguió una trayectoria distinta:
- Búsqueda de atención: subió notablemente de 2020 a 2021 y se mantuvo elevada.
- Facilidad de adiestramiento: fue mayor en 2020, cayó en 2021 y 2022 y repuntó en 2023.
- Miedo: prácticamente no varió en los cuatro años.
- Agresividad: estable hasta 2023, cuando disminuyó de forma considerable.
El estudio no ofrece explicaciones únicas, pero algunos patrones parecen lógicos: con más tiempo en casa, los dueños pudieron entrenar mejor a sus mascotas; con la vuelta a las oficinas, el entrenamiento se redujo y los perros demandaron más atención.
Cachorros, perros pequeños y diferencias por sexo
Además de las tendencias generales, surgieron diferencias marcadas:
- Cachorros: más demandantes y difíciles de entrenar.
- Perros pequeños: mostraron mayor miedo, agresividad y búsqueda de atención, además de menor capacidad de adiestramiento.
- Hembras: ligeramente más fáciles de manejar que los machos.
Sexton advierte que el estudio mide percepciones de los dueños, por lo que algunos cambios podrían reflejar más la experiencia humana que la canina.
Lecciones para los dueños
Aunque es poco probable que vivamos pronto otra pandemia de ese calibre, el estudio deja un mensaje claro: los perros también son sensibles a los cambios en su entorno.
“Cada perro es único”, afirma Sexton. “Debemos considerar en conjunto los factores ambientales, sociales y genéticos que moldean su comportamiento”.
Para los dueños, esto significa estar atentos a las señales de sus mascotas, comprender que pueden verse afectadas por cambios drásticos y ajustar rutinas, entrenamientos y cuidados para mantener su bienestar.
