El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol enfrenta una prohibición para viajar al extranjero mientras los fiscales evalúan cargos relacionados con insurrección, tras su fallido intento de declarar la ley marcial la semana pasada.
A pesar de haber sobrevivido a una votación de destitución en un Parlamento liderado por la oposición, la posición política de Yoon es cada vez más precaria. Este lunes, la Oficina de Investigación de la Corrupción confirmó la restricción de viaje, intensificando la presión sobre el asediado mandatario.
El partido de Yoon ya había solicitado su dimisión, argumentando que era necesario suspenderlo de sus funciones para proteger al país de un “grave peligro”.
El intento de declarar la ley marcial generó un impacto nacional. En un inesperado anuncio televisivo, Yoon decretó medidas militares que desataron indignación pública. Miles de manifestantes salieron a las calles exigiendo su renuncia.
La crisis alcanzó un punto álgido cuando legisladores de la oposición irrumpieron entre un fuerte dispositivo militar de casi 300 soldados en la Asamblea Nacional. En una sesión histórica, el Parlamento votó unánimemente para revocar el decreto presidencial, forzando a Yoon a acatar la decisión.